El impacto de los estándares en los edificios “sanos”
En múltiples oportunidades les atribuimos características humanas a los edificios. Esta forma bastante extendida de referirnos a los espacios que habitamos es útil como analogía, dado que, en definitiva, construimos estos espacios para habitarlos y es razonable entonces que reflejen algunas de nuestras propias características.
Asimismo, resulta útil hablar de edificios “sanos” o “enfermos” como una forma de entender mejor la relación de estos espacios con sus ocupantes. Los edificios enfermos, fueron los primeros en caracterizarse a través del Síndrome del Edificio Enfermo (SBS – Soick Building Syndrome) que se refiere a los síntomas no específicos que no pueden atribuirse a una enfermedad concreta, pero que están claramente relacionados con el tiempo que una persona pasa en un edificio. En 1984, la OMS reconoció este efecto en un documento extenso sobre la calidad del aire interior, en el que se estimaba que hasta el 30% de los edificios nuevos o remodelados presentaban problemas de calidad del aire suficientes para causar síntomas de SBS. Este informe fue clave para establecer el término y fomentar investigaciones y regulaciones posteriores.
Pero definir un edificio sano por oposición resulta muy limitado para lo que se espera de un espacio habitado, sin embargo, no existe aún una definición universal para esto. La complejidad del tema, la cantidad de factores que influyen y la continua investigación sobre esta problemática (incluyendo el episodio del COVID) continuamente nos desafían.
En 2008 por ejemplo el Building Research Establishment (BRE) definió un edificio saludable como como un espacio diseñado, construido, utilizado y mantenido de manera que mejore la salud, el bienestar y la productividad de sus ocupantes, minimizando al mismo tiempo el impacto ambiental.
ASHRAE a través de un documento de posición del 2025, asume el bienestar y la salubridad dentro de los edificios como un problema de interés público y considera que la calidad ambiental interior (IEQ) como un elemento clave, incluyendo los siguientes aspectos
- Calidad del aire interior (IAQ)
- Confort térmico
- Confort acústico
- Iluminación adecuada
- Diseño centrado en el usuario
ASHRAE como institución se alinea con la definición de la OMS, que considera la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
La metodología que busca equilibrar eficiencia energética con bienestar humano adopta para darle soporte a estos objetivos promueva la aplicación de sus estándares, entre los que podemos mencionar
- ASHRAE 62.1 / 62.2: Ventilación y calidad del aire interior.
- ASHRAE 55: Confort térmico.
- ASHRAE 90.1: Eficiencia energética.
- ASHRAE 189.1: Sostenibilidad en edificios de alto rendimiento.
Estos estándares se complementan entre sí. El ASHRAE 62.1 y 55 se enfocan directamente en el bienestar humano buscando obtener aire limpio y confort térmico. El ASHRAE 90.1 busca reducir el consumo energético sin comprometer el confort ni la calidad del aire, mientras que el ASHRAE 189.1 actúa como un marco integrador que eleva los estándares anteriores para lograr edificios sanos, sostenibles y resilientes, incluyendo aspectos como iluminación, acústica, materiales y operación.
Debido al espacio de tiempo entre las actualizaciones de estos estándares, existe una brecha temporal entre las actualizaciones y su utilización. Esto genera desafíos, pero también oportunidades para quienes adoptan los estándares de forma anticipada, logrando edificios más duraderos y competitivos.
Considerando esto, ASHRAE lanzó un plan estratégico para acelerar la transformación hacia edificios más saludables, sostenibles y resilientes cuyos ejes principales son:
- Calidad ambiental interior (IEQ) como prioridad.
- Descarbonización de edificios existentes y nuevos.
- Desarrollo profesional para cerrar la brecha de habilidades en el sector.
- Agilidad organizacional y adopción de tecnologías emergentes como IA y sistemas inteligentes.
Por otra parte, el nuevo ASHRAE Standard 100-2024 incorpora metas de reducción de emisiones de carbono, eficiencia energética y planes de gestión energética. Esto refleja una evolución desde el enfoque tradicional hacia una visión más integral del rendimiento ambiental y por otra parte, se está desarrollando el Standard 241 para el control de aerosoles infecciosos, marcando un hito al incluir formalmente la gestión de patógenos en los estándares de calidad del aire.
A pesar de todos estos esfuerzos gigantescos, todavía hay mucho por hacer. La evolución de los edificios nos llevará en un futuro no muy lejano a un punto más allá incluso de la sustentabilidad, en el artículo Beyond Sustainability, los autores fijan su postura en un punto mucho más ambicioso pero necesario
A medida que aumenta la conciencia mundial sobre la degradación ambiental y los desafíos para la salud pública, los esfuerzos tradicionales en materia de sostenibilidad se han centrado principalmente en mitigar los impactos negativos mediante estrategias como la eficiencia energética, la conservación de recursos y la reducción de emisiones. Si bien estos enfoques son vitales, a menudo tratan los síntomas de problemas ecológicos y sociales más profundos en lugar de abordar sus causas fundamentales.
Fuente, Beyond Sustainability, Sustainability 2025, 17, 2342
Los diseños y sus estándares deberán modificarse para adaptarse a una realidad mucha más integradora dónde en lugar de priorizar la minimización del impacto negativo se promueva la restauración de los sistemas.
Conclusiones
A pesar de la magnitud del esfuerzo de muchas entidades que se preocupan en la salubridad y el bienestar de las personas dentro de los entornos dónde viven la mayor parte de sus vidas, comenzamos a darnos cuenta de que, en un futuro muy cercano, será imprescindible una mirada más integradora y distinta que incluya también la incorporación de nuevas tecnologías como el diseño biofílico, la reutilización adaptativa y las nuevas tecnologías inteligentes. En lugar de limitarse a minimizar el daño posible que podamos provocar, el foco tenderá a hacer hincapié en la restauración y renovación activa de los ecosistemas que nos rodean de forma de mejorar nuestra vida y de las generaciones futuras.
Bibliografía
- 2025-2028 Strategic Plan & Initiatives, ASHRAE
- Beyond Sustainability: The Role of Regenerative Design in Optimizing Indoor Environmental Quality, Sustainability 2025, 17, 2342, Sanjay Kumar, Kimihiro Sakagami y Heow Pueh Lee
- Designing Healthy Buildings and Communities, Springer, 2025
- ASHRAE Position Document on Human Health and Wellness in the Built Environment, 2025.

